Antes de
acoger en casa un joven cachorro, es importante acordar ciertas normas con cada
miembro de la familia, en particular con los niños. ¿Quieres que tu cachorro se
suba al sofá para recibir mimos o es un “no” categórico? Cada hogar es
diferente y te corresponde a ti determinar los comportamientos que te parecen o
no aceptables. Pero con tener unas normas no es suficiente; es igual de
importante que desde la llegada del cachorro cada uno de vosotros las aplique
de la misma forma.
También
conviene pensar en el vocabulario que tu familia utilizará para dirigirse al
perro. Por ejemplo ¿Qué palabras utilizarás en su educación y durante la
convivencia en familia?
·
Los perros
necesitan dormir MUCHÍSIMO. No les molestes cuando están durmiendo.
·
Nunca hagas
rabiar a tu cachorro.
·
Si tu
cachorro te mordisquea durante una sesión de juegos o se pone demasiado
nervioso, la víctima debe “gritar” muy fuerte y darse la vuelta uno o dos segundos
ignorando al cachorro.
·
No debes
darle nunca los restos de la mesa, porque puede favorecer que se vuelva
pedigüeño, además de alterar su digestión.
·
Determina
los sitios donde el cachorro puede o no puede estar dentro de casa. Las
escaleras pueden ser “zona prohibida” o bien el comedor… Los cachorros no deben
tener estar autorizados a subir las escaleras sin vigilancia. Las barreras para
escaleras pueden ser útiles para restringir los accesos.
·
Decide dónde
dormirá el cachorro y evita cambiar de opinión. Si le dejas que suba a tu cama
porque llora, le estarás enseñando que los ladridos en plena noche tienen
recompensa.
·
Los niños
pequeños no deben coger al cachorro sin supervisión.
·
No se debe
molestar al cachorro mientras está comiendo.
·
Confecciona
una lista de tareas. ¿Quién se encargará de darle de comer y de los ejercicios?
¿En qué momento? La educación y el aseo también se deben compartir entre todos
los miembros de la familia con el fin de crearse los vínculos.
·
Todos los
miembros de la familia y las visitas deben ser advertidos de que cualquier
objeto que se deje en el suelo se transforma en un juego divertido para el
cachorro. Los deberes, cestos, bolsos de mano, ropa… todo debe mantenerse fuera
del alcance del cachorro hasta que aprenda cuáles son sus juguetes.
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