jueves, 17 de octubre de 2013

Mantener a tu perro en forma y con buena salud





Mantener a tu perro en forma y con buena salud
Cualquier buen veterinario te dirá que más vale prevenir que curar. Por lo tanto, además de ofrecerle una dieta nutritiva y equilibrada, puedes ayudar a que tu cachorro se desarrolle correctamente si le haces practicar ejercicio y lo examinas periódicamente, sobretodo sus dientes.

Ejercicio
Mantenerse en forma es tan importante para tu cachorro como para ti. El ejercicio sano ayuda a los cachorros a estar llenos de energía, a mantenerse en forma y a formar un sistema inmunitario fuerte que les evitará ponerse enfermos demasiadas veces. Pero también hay que tener cuidado con el exceso de ejercicio.
Al principio, el cachorro solo necesita jugar libremente en el jardín o en un parque. El criador te facilitará un programa de ejercicios adecuado. Si no es así, pídeselo. Además de mantener al cachorro en buena forma, el ejercicio también constituye un medio básico de socialización, al permitirle jugar libremente con otros perros y personas. Sin embargo, debes evitar los juegos demasiado violentos, especialmente con las razas más grandes, que podrían lesionarse las articulaciones que están en pleno crecimiento.
Enseña a tu perro a pasear correctamente con correa y sin tirar de ella, incluso si más adelante rara vez deberá salir con correa. Puedes usar un arnés que permite un aprendizaje más suave, pero no utilices nunca un collar estrangulador: es una técnica obsoleta desde hace mucho tiempo y que puede resultar muy peligrosa, sobre todo para un cachorro.

Haz que el ejercicio sea interesante para que tu cachorro y tú lo disfrutéis más. Dar la vuelta a la misma manzana de casas tres veces por la mañana y por la noche, es igual de aburrido para los dos. Una buena manera de captar la atención de tu perro puede ser jugando a devolverte las pelotas y los juguetes (nunca palos por su posible peligro). Otro ejercicio muy clásico es que los miembros de la familia se escondan durante un paseo, algo que desarrolla las capacidades en materia de rastreo. Si vives en el campo, intenta dar algunos paseos por la carretera, para mantener las uñas de tu cachorro en buen estado y para mejorar su comportamiento cuando va con correa.
Piensa también en probar otras formas de ejercicio. Por ejemplo, ¿hay alguna piscina para perros en tu zona? Algunas razas, como los Terranova y los Retrievers, adoran chapotear en el agua.

 Visita al veterinario
Cuando ya hayas elegido a un veterinario cerca de tu casa, intenta pedir hora para el primer día que tengas al cachorro en casa. Avísale de que se trata de una visita para examinar a un nuevo cachorro, ya que en este caso quizás quiera dedicarle un poco más de tiempo que los 10 minutos de consulta habituales. Cuando estés en la sala de espera de la clínica, mantén al cachorro en tu regazo y a distancia de los otros perros. Éstos, podrían estar enfermos y un cachorro es especialmente sensible a las enfermedades. Mirar de llevar contigo algunas golosinas, solicitando al veterinario y ayudantes si puedes recompensar al cachorro durante su examen.
En la primera consulta, el veterinario llevará a cabo un examen general del cachorro y te informará sobre las vacunas. Es importante que no te olvides de llevarle la información referente a cualquier tratamiento anterior (el criador debe entregarte la cartilla de vacunas). Tu veterinario también te comentará las cuestiones acerca de las lombrices y pulgas, de la identificación por microchip, así como de la esterilización. Igualmente, responderá a las preguntas que tengas sobre su salud, alimentación, ejercicio o aseo. No olvides pedirle información sobre las “reuniones de cachorro” y los cursos de adiestramiento.

 Exámenes periódicos
Los cachorros se ponen enfermos con frecuencia. La mayoría de las enfermedades se tratan mejor y cuestan menos dinero si se detectan rápidamente. Por eso es importante que tú mismo le hagas un chequeo de salud una vez al mes. Además, siempre es mejor tomar precauciones si sospechas que algo no va bien. En este caso, no dudes en llevarlo al veterinario. Aquí tienes una lista de elementos a comprobar:

Cuerpo: palpándole, debes notar las costillas y ninguna otra cosa. Debe haber un « talle » entre las costillas del perro y su cadera, y el vientre no debe hundirse. Haz clic aquí para saber más sobre la forma de comprobar el estado corporal de tu cachorro.
Orejas: las orejas de tu perro deben estar limpias y desprovistas de cera marrón (o verde), y no deben desprender olor. Algunas razas de perro de orejas largas necesitan una limpieza regular, con productos especiales para las orejas (disponibles en el centro veterinario). Sin embargo, cuidado con lo que utilices para llevar a cabo esta limpieza: la piel de tu pequeño compañero es muy sensible. Tampoco realices una limpia demasiado enérgica ni demasiado profunda ya que te arriesgas a perforar el tímpano.
Ojos: los ojos deben ser brillantes y claros, y no estar lagrimosos, rojos o hinchados. Tu cachorro no debe asustarse con la luz, como si le hiciera daño a los ojos.
Nariz: la superficie debe estar desprovista de costras y la nariz no debe gotear ni sangrar. Con el tiempo el color puede variar. En muchos casos es normal. Sin embargo, en algunas circunstancias, un cambio en el color de pigmentación puede ser debido a un problema de salud. Siempre es aconsejable consultar al veterinario si observas algún cambio.
Aliento: un mal aliento puede indicar la existencia de problemas digestivos o dentales, y pueden derivar en ocasiones a problemas orgánicos. Los dientes deben ser blancos, sin exceso de sarro (lo que les vuelve gruesos y marrones). En cuanto a las encías, deben ser rosadas o negras, pero no rojas ni estar hinchadas.
Piel y pelo: la piel de tu cachorro puede ser rosa o negra, en función de sus pigmentos naturales. No debe presentar suciedad o heridas. El pelaje debe ser más o menos espeso (en función de la raza) y brillante, y sin pelos rotos. Tu compañero puede perder pelos a lo largo de todo el año, pero la pérdida acostumbra a ser más importante en verano y en otoño. En este caso necesitarás un buen aspirador. Algunas razas como los caniches no pierden pelo, por lo que necesitarán un corte de pelo de forma periódica. Si no puedes cortárselo tú mismo, no olvides incluir este concepto en tu presupuesto.
Uñas: deben ser suaves y pueden ser blancas o negras. Las uñas rugosas y que se rompen con facilidad, deben vigilarse. Cuando compruebes el estado de las uñas, no olvides los espolones, situados en la parte interior de la pata, justo debajo de la muñeca/tobillo. En algunos perros, estos espolones se sitúan en las patas delanteras; otros los tienen tanto en las delanteras como en las traseras; y otros no llegan a tenerlos.  Solicita a tu veterinario que te indique cómo debes cortarle las uñas a tu cachorro para mantenerlas.

Cuidados dentales
Los dientes y las encías de tu perro son igual de vulnerables a las infecciones que las tuyas, y pueden ser el origen de malestar, halitosis e incluso de una enfermedad renal o cardíaca, sino se tratan correctamente. Un simple cepillado periódico puede ayudar a evitar las enfermedades de las encías y la pérdida de los dientes. Es mejor coger estos buenos hábitos cuando tu perro es aún pequeño, para que esté acostumbrado. Utiliza un dentífrico canino con enzimas (sabor a carne, menta y malta) pero no utilices nunca dentífrico para humanos.
Empieza por levantar simplemente los labios de cada lado de la boca del cachorro antes de avanzar, frotando los dientes con un dedo enrollado en una gasa o un guante de aseo. No te molestes en frotar o limpiar la superficie interna de los dientes porque, al contrario que los humanos, los perros tienen tendencia a acumular la placa principalmente en las superficies externas. Después de cada sesión de limpieza, ofrece al “paciente” una golosina ¡se la merece!
Si tu perro no quiere que le toques la boca (un problema habitual cuando los cuidados dentales se inician cuando es más mayor), existen varias soluciones alternativas: geles de higiene oral, que se adquieren en el centro veterinario, que contienen enzimas capaces de inhibir las bacterias que provocan la formación de la placa;  cojinetes dentales que se adhieren a las encías; juguetes para roer y productos dentales para roer especialmente concebidos para reducir la placa y para masajear las encías. Los alimentos secos para perros también pueden favorecer la eliminación de la placa dental y del sarro.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario