El aseo del cachorro
El aseo no
solo consiste en dar una apariencia bella a tu cachorro. Un cepillado realizado
con regularidad permite eliminar los pelos muertos, garantizar una piel y un
pelaje sanos y verificar el estado de salud general de tu cachorro. También se
trata de un momento esencial que compartes con tu animal y que te permite
desarrollar vuestra relación, establecer un vínculo de confianza y aprender a
entenderos. Además, está probado científicamente que las sesiones de cepillado
reducen el estrés y la tensión arterial del propietario…. ¡pero también del
cachorro!
Cepillado
Ante todo
hay que saber que el manto de un cachorro es bastante diferente al de un
adulto. Puede ser más suave, aterciopelado y más cortó. Dicho esto, es
importante que tu cachorro se familiarice con el cepillado incluso si aún no lo
necesita. Si tu cachorro se acostumbra a estos cuidados y aprende a disfrutarlos,
el aseo será mucho más fácil de llevar a cabo.
Sienta a tu
cachorro en tu regazo, acaríciale y empieza a cepillarlo suavemente.
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Felicítalo,
con una voz calmada y tranquila, por su buen comportamiento.
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Pasados dos
minutos, deja de cepillarlo y ofrécele una pequeña recompensa.
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Repite esta
sesión varias veces al día, alargando progresivamente el tiempo que estás
cepillándole.
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Si tu
cachorro intenta morder o jugar con el cepillo, apártalo pero sin ceder. Los
cachorros rápidamente aprenden que si desobedecen desviarán tu atención.
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Al cabo de
cinco días, una vez que el cachorro esté familiarizado con la sensación,
empieza a asearle el vientre, la cola, las orejas y otras zonas sensibles.
Hazlo muy suavemente y asegurándote de que estas primeras sesiones sean cortas
y agradables.
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Tócale las
patas y examina las uñas y los dedos de los pies.
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Examina el
interior de las orejas y ábrele delicadamente la boca.
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Al cabo de
unas semanas, cuando el cachorro se haya acostumbrado a estas sesiones, pasa a
realizar el aseo sobre una mesa con superficie antideslizante o sobre el suelo,
en un lugar concreto, vigilando que haya espacio suficiente para que también
pueda instalarse en él cuando haya crecido del todo.
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Gracias a
estas pautas, tu perro se acostumbrará a ser manipulado. Termina siempre tus
sesiones con una pequeña recompensa o un juego.
Tipo de Pelaje
Cuando tu
cachorro esté acostumbrado al aseo, el tipo de cuidados a realizar dependerá
del pelaje del animal.
Pelaje
liso – Las razas de pelo liso no
necesitan más que un aseo limitado. Es suficiente con una pequeña sesión por
semana. Deberás utilizar un cepillo de caucho o una manopla de aseo para soltar
los pelos muertos y la suciedad, y después un cepillo de cerdas para retirarlos.
Pelaje
corto – Las razas de pelo corto
necesitan un cepillado regular con el fin de evitar la formación de enredos y
nudos. Empieza con una carda para sacar los enredos y los nudos, utilizando
después un cepillo de cerdas para soltar los pelos muertos y la suciedad. No
cortes nunca los enredos con tijeras.
Pelaje
largo - El pelo largo requiere una
atención diaria para evitar la formación de nudos. Empieza por usar una carda o
un peine para deshacer los enredos. No cortes nunca los enredos con tijeras.
Peina los pelos con la ayuda de un peine de púas largas, poniendo especial
atención en la zona posterior, la cola y las patas. Corta todos los pelos
rebeldes.
Pelaje
sedoso - El pelo
sedoso requiere mucha atención. Empieza por deshacer los nudos con una carda o
un peine, utilizando a continuación un peine de púas finas para hacer resaltar
el esplendor natural del pelaje. Para añadir un toque de estilo a tu perro,
marca una raya en su dorso y cepilla los pelos hacia abajo de cada costado.
Corta los pelos rebeldes.
Cepillado especial
Para ciertas
razas es necesario aplicar unas técnicas especiales de aseo del pelaje.
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En los
Terrier, se debe aplicar una técnica que consiste en arrancar los pelos muertos
de la capa de pelo.
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Ciertas
razas, como los Caniches, necesitan un corte con tijeras.
Vuestro
peluquero profesional podrá aconsejaros sobre las necesidades específicas de tu
perro.
Cuanto más
numerosos sean los enredos y los nudos, más se estropearán los pelos de
alrededor. Si tu perro posee un manto difícil de cuidar, lo más adecuado es
acudir regularmente a una peluquería canina profesional. El peluquero le dará
un baño relajante, le secará delicadamente el pelo y le dará un buen cepillado.
Baño
La mayoría
de perros raramente necesitan más de dos o tres baños al año – los criadores de
concursos desaconsejan, prácticamente del todo, los baños en las razas de pelo
áspero. Pero tú corres el riesgo de tener que enjabonar a tu cachorro más a
menudo.
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Si el
cachorro es aún pequeño, el lavabo será un sitio perfecto para el baño. Sino,
puedes utilizar una palangana de plástico. Cuando tu animal empiece a crecer,
utiliza la ducha o una bañera (una vieja bañera de bebé servirá) y utiliza una
alfombra antideslizante.
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Utiliza la
teleducha para mojarle el pelo asegurándote de que el agua esté caliente pero
no queme.
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Moja bien el
pelo, evitando el agua en los ojos. Separa bien los pelos para que se mojen por
completo.
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Si el
cachorro manifiesta algunos signos de nerviosismo, sobre todo durante el primer
baño, dile que es un buen perro y tranquilízalo durante todo el rato que dure
el aseo. Intenta distraerlo con una recompensa. También puedes colocar la
bañera en un lugar menos confinado, para que se siente menos agobiado.
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Utiliza un
champú para cachorros especial para su tipo de pelaje y sigue siempre las
instrucciones del envase: algunos champuses deben diluirse.
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Una vez que
hayas enjabonado bien el pelaje, enjuágalo abundantemente. Si queda jabón en
los pelos, tu cachorro puede tener picores después.
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Si utilizas
un acondicionador posterior, vigila igualmente que se elimine bien con el
enjuague final.
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Sécalo con
ayuda de una toalla ¡antes de que le dé tiempo a sacudirse!
·
Asegúrate de
que se quede en una habitación donde haga suficiente calor hasta que su pelo
esté completamente seco.
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Si el pelaje
es muy largo, quizás deberás secarlo con un secador de pelo, cepillándole al
mismo tiempo. Vuestro criador o peluquero os lo concretará cuando os aconseje
sobre el aseo. Mantén el secador a cierta distancia de la piel y evita ponerlo
en la posición “muy caliente”, ya que le puede quemar fácilmente. El secador
tiene el riesgo de asustar a tu cachorro; por lo tanto, debes ir
tranquilizándole durante todo el secado y recompensarle por su buen
comportamiento.
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El cachorro
debe tener el pelaje completamente seco antes de poder salir al exterior.