Reanimación
Si tu perro
ha dejado de respirar, la respiración artificial podrá mantener el transporte
de oxígeno a la sangre que necesita para vivir. Aprendiendo a realizar una
reanimación, puedes salvar la vida de tu perro. Si ya sabes usar esta técnica
para aplicarla en personas, comprobarás que no es muy diferente en el caso del
perro.
En la mayoría de casos la reanimación, tanto si es artificial o cardiopulmonar, sirve únicamente de acto médico destinado a mantener un perro con vida hasta que reciba las atenciones de un veterinario. Si tu perro parece tener problemas cardíacos o respiratorios, contacta inmediatamente con el veterinario.
En la mayoría de casos la reanimación, tanto si es artificial o cardiopulmonar, sirve únicamente de acto médico destinado a mantener un perro con vida hasta que reciba las atenciones de un veterinario. Si tu perro parece tener problemas cardíacos o respiratorios, contacta inmediatamente con el veterinario.
Cómo llevar a cabo una reanimación
·
Empieza por
delimitar el problema en tres tiempos: controlar primero las vías
respiratorias, después la respiración y finalmente la circulación. Si el perro
no parece respirar, pega tu oreja contra su pecho y comprueba si oyes latir su
corazón o que notas su pulso.
·
Ábrele la
boca, cógele la lengua y sácala lo máximo posible hacia fuera para que no pueda
bloquear la parte posterior de la garganta.
·
Limpia todas
las mucosidades y la sangre. Aleja todos los objetos susceptibles de
estorbarte. Vigila tus dedos ya que te puede morder.
·
Quítale el
collar a tu perro y todo lo que pueda molestarle.
·
Si tu perro
tiene líquido en la garganta o se ahoga, sujétalo unos 15 a 30 segundos con la
cabeza hacia abajo, manteniéndola al nivel de las patas posteriores. No obstante,
verifica antes que no tenga otras heridas, como una pierna rota. Si tienes la
impresión de que ha podido sufrir una fractura, sujétalo por la cintura. Pide
ayuda si es de tamaño grande.
·
Estira sus
patas delanteras hacia adelante para que no descansen encima de su pecho, que
es lo que debe poder respirar.
·
Si el perro
no empieza a respirar después de la liberación de sus vías respiratorias,
procede a la respiración artificial. Ciérrale la boca y pasa una mano por
debajo de su mandíbula a modo de apoyo. Pega tu boca en su nariz y espira, para
insuflarle el aire en los pulmones por la nariz. No espires demasiado fuerte
porque tus pulmones son más grandes que los del animal y podrías llenárselos
demasiado.
·
Observa el
pecho del perro: ¿Sus pulmones de llenan de aire? Despega tu boca y repite la
operación unas seis veces por minuto, tomando la precaución de no inspirar
saliva o aire procedente del animal.
·
Puede que
tengas que proceder a realizar esta operación durante 30 a 60 minutos, hasta
que el perro respire por sí solo. Para controlar sus pulsaciones cardíacas,
sitúa tu mano bajo su estómago, subiéndola despacio hacia la tercera o cuarta
costilla.
Cómo llevar a cabo una
reanimación cardiopulmonar en un perro
Si no notas
los latidos del corazón, puede que tengas que llevar a cabo una reanimación
cardiopulmonar asociada a una respiración artificial. Un perro que no respira,
puede que tenga pulso, pero si el corazón deja de latir, no habrá respiración.
Empieza por
situar en una superficie firme, la cabeza de tu perro del lado derecho.
Para las
razas de tamaño pequeño, sitúa los extremos de tus dedos a cada lado de la caja
torácica (desde la tercera a la sexta costilla empezando desde la cabeza) y
ejerce una ligera presión cada segundo.
Para las
razas de tamaño grande, utiliza la palma de tus manos en lugar del extremo de
tus dedos.
Durante este
tiempo también debe mantenerse la respiración artificial. Cada cinco empujes,
llénale los pulmones de aire, empezando de nuevo el ciclo completo. Esto
permite asegurar que haya aire en los pulmones cuando se restablezca la
circulación.
Si el corazón
no empieza a latir en unos tres minutos, lamentablemente no se podrá hacer
nada.
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