miércoles, 20 de noviembre de 2013

Ceguera



Ceguera
Es sorprendente constatar que la ceguera no complica demasiado la vida de un perro de compañía, hasta tal punto que numerosos propietarios no se dan cuenta de que su perro ha perdido la visión hasta que se mudan de vivienda o modifican su entorno. Si estás preocupado por la visión de tu perro, deberías llevarlo al veterinario para que lo examine.
Si la agudeza visual de tu perro disminuye poco a poco, como sucede en el caso de las cataratas o de las enfermedades genéticas degenerativas, el perro aprende progresivamente a localizar los muebles, su comedero o incluso las escaleras, de otra forma y las localiza como si estuviera aún en plena posesión de sus facultades visuales. Una mala visión no es forzosamente un obstáculo para que no haga más actividad física al aire libre: un viejo Border Collie ciego desde los siete años de edad es capaz de mostrar habilidades remarcables durante un juego que consista en recuperar objetos. Incluso puede disfrutar de largos paseos atado de la correa, si el suelo es relativamente plano y si conoce el camino.
Pero si tu perro sufre una disminución de la visión, puedes facilitarle las cosas explotando especialmente sus otros sentidos que están intactos.
Todos hablamos a nuestros perros. Adapta tu manera de comunicarte verbalmente con tu perro con ceguera hablándole más a menudo y acentuando más tus inflexiones para él.
·         Puedes utilizar el olfato de tu perro para ayudarle a situarse, delimitándole por esta vía, uno u otro sector de la casa o del piso: por ejemplo, puedes señalarle las fuentes de peligro como las escaleras, mediante pequeñas cantidades de aceite de limón o de un saquito de olor.
·         Evita dejar obstáculos en lugares inesperados y procura no cambiar los muebles de sitio ya que podría provocarle confusión.


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