viernes, 3 de enero de 2014

Presentar un nuevo gato a otros gatos



Los gatos son muy territoriales. Se apresuran a marcar su territorio y no siempre están dispuestos a recibir a nuevos residentes en él. Además deben saber quién es el jefe de manada y vivir según una jerarquía social rigurosa. Cualquier recién llegado que no respete las reglas será sin duda puesto en su lugar rápidamente. Aquí tienes algunos consejos que facilitan las presentaciones; por si decides llevar a tu casa un nuevo gato cuando ya tienes uno o dos viviendo contigo. 
·         En el momento de escoger al nuevo gato, ten en cuenta que el clima será más sereno si uno de los gatos es un gatito o un gato joven, y si los dos gatos están esterilizados. Los gatos de edad más avanzada es menos probable que sean acogedores.

·         Presenta al nuevo gato de forma progresiva. No hay que confrontarlos inmediatamente. Cuando llevas al nuevo gato hacia tu casa, vigila que el que ya reside en ella se encuentre en una habitación donde se sienta cómodo. Sitúa entonces al recién llegado en otra habitación que le servirá de vivienda durante el periodo de adaptación y donde tendrá su propio comedero y bebedero así como su bandeja sanitaria.

·         Cuando el nuevo gato ya esté instalado, puedes dejar salir al otro gato y dejarle oler tus manos y tu ropa, hablándole dulcemente y ofreciéndole una recompensa. Durante el periodo de adaptación de tu nuevo gato, vigila a no descuidar a tu 1er gato. Respeta sus hábitos para evitar que esté contrariado. Durante este tiempo deja al nuevo gato protegido en su habitación. La duración de este periodo de separación dependerá de la reacción de ambos gatos.

·         Deja que el gato residente se acostumbre al olor de su nuevo compañero. Los primeros días, mezcla el olor del recién llegado con el de la casa. Poco a poco y durante la primera semana, intercambia los comederos y las camas. Si uno de los dos gatos reacciona mal al olor, asóciala enseguida a algo positivo, por ejemplo a una golosina.
·         Cuando cada gato esté acostumbrado al olor del otro, puedes permitir a cada uno que explore el territorio del otro – en momentos diferentes y sin organizar aún un cara a cara. Finalmente, cuando cada uno de ellos esté suficientemente cómodo con el territorio del otro, habrá llegado el momento de realizar las presentaciones propiamente dichas.
·         El mejor momento para un primer encuentro es el de la comida. Sitúa sus comederos en la misma habitación, pero a cierta distancia. La atracción de la comida sin duda será más fuerte que la posible suspicacia. No los fuerces a acercase uno a otro, y ten previsto mucho espacio entre ellos para que puedan mantenerse alejados si así lo desean. Es probable, pero totalmente normal, que se miren de forma inquisidora, se bufen y se arqueen durante la fase de establecimiento de la jerarquía. Pero aún así, mantén a mano una manta por si se produce alguna pelea. Si uno de los gatos reacciona de forma violenta, sepáralos de inmediato y vuelve a la etapa anterior.

·         Después de la comida sepáralos inmediatamente. En las siguientes comidas puedes dejarlos juntos durante periodos cada vez más largos, hasta que se relajen en presencia el uno del otro. Progresivamente, tu 1er gato asociará la presencia del nuevo animal de compañía con su comida favorita. Reparte tu tiempo entre ambos gatos de forma equitativa, de manera que tu olor se mezcle con los suyos y así no perciban ningún favoritismo.

Si tus gatos persisten en una actitud agresiva, coméntalo al veterinario para que pueda proponer un tratamiento. Así tus gatos estarán más tranquilos y podrás proceder de nuevo a realizar las presentaciones entre ambos. De todas maneras, ten en cuenta que algunas personalidades felinas no pueden llegar a convivir, en cuyo caso tendrás que plantearte, como último recurso, renunciar al nuevo gato. 


La historia del gato




Para los amantes de los gatos, estos representan la encarnación misma de la belleza y de la gracia. Para otras personas, en cambio, los gatos son socarrones y un demasiado independientes.
La amistad armoniosa entre el gato y el hombre se remonta al año 300 A.C. en el antiguo Egipto. Estudios arqueológicos han permitido actualizar algunos datos que prueban que el gato salvaje africano (Felis sylvestris lybica) es el primer predecesor del gato doméstico.Es por ello que hoy en día podemos encontrar a menudo gatos salvajes africanos como animales de compañía en ciertas poblaciones primitivas. Fundados estudios sobre el ADN realizados en el sur de África no han podido establecer una diferencia entre el gato doméstico y el gato salvaje africano. Mientras que el gato salvaje europeo (Felis sylvestris sylvestrtis), a menudo considerado como el que ha contribuido a la aparición del gato de compañía, se diferencia claramente de los otros dos.
Según los científicos y los historiadores, los gatos salvajes africanos empezaron a acercarse a los almacenes de grano egipcios, a lo largo de la ribera del Nilo, atraídos por la cantidad de ratas que allí existían. Como los gatos eliminaban a los roedores, la población empezó a valorarlos como una solución útil. Como en aquellas regiones los gatos no tenían muchos depredadores, empezaron a reproducirse y a multiplicarse, cerca de los humanos. Las camadas de numerosos gatitos enternecieron a la población.
Enseguida, los habitantes empezaron a llevarse los pequeños gatitos a sus casas para cuidarlos y no tardaron en adoptarlos. La relación afectuosa entre hombres y gatos empezó a reforzarse, sobre todo al alimentarlos pronto, entre las 2 y las 8 semanas de edad. Se dieron, pues, todas las condiciones para que estos animales al llegar a adultos permanecieran con los humanos.
Sin duda, fue esta función de protección de los almacenes de grano frente a los roedores lo que explica por qué los habitantes del antiguo Egipto hicieron del gato una divinidad sagrada. A los gatos se les llamaba “miw” (de la onomatopeya “miau”). Los propietarios de los gatos guardaban luto cuando un “miw” moría, los gatos fallecidos se embalsamaban y se colocaban dentro de féretros de madera. Las gatas y las leonas se asociaban con la muy venerada diosa egipcia de la guerra, Sekhmet, mientras que los gatos macho eran consagrados al Dios del sol Ra.
Los gatos estaban tan protegidos que si alguien pasaba cerca de un gato herido de gravedad, se apartaba rápidamente por miedo a ser incriminado. Tras su muerte, el gato era momificado antes de ser inhumado, a menudo incluso dentro de enormes tumbas con decenas de miles de gatos.Pese a los esfuerzos de los egipcios para impedir la exportación de sus adorados gatos, los griegos también quisieron disponer de estos animales para poder resolver con ellos sus problemas con los roedores. Los primeros animales domésticos aparecieron en Europa alrededor del año 900 A.C. Después, los egipcios empezaron a vender los gatos a los romanos, celtas y escoceses. Más adelante los vendieron a otros pueblos de Europa, con lo que la población de gatos empezó a extenderse por el mundo entero. En el año 500 A.C. en China, el gato se convirtió ya en un animal común. Al principio, los gatos se ofrecían como regalo a los emperadores. Con el tiempo, la nobleza fue autorizada a poseerlos también, luego fueron los clérigos, hasta llegar a la gente del pueblo. Muchos de estos gatos se cruzaron con gatos salvajes propios del lugar, apareciendo de esta manera algunas razas que aun hoy nos son conocidas.
Desgraciadamente, los gatos domésticos fueron cambiando con el paso de los años y poco a poco se les ha asociado a malas costumbres, enfermedades y fechorías. En 1484, el papa Inocencio VII decretó que todos aquellos que adoraran gatos en Europa serian quemados por brujería. Él creía que las brujas veneraban a Satanás y que tomaban la forma de sus acólitos de la especie animal, que eran precisamente los gatos. Se asociaba la costumbre de vagabundear por la noche con asuntos diabólicos y de brujería. El gato de compañía de una mujer anciana era considerado enseguida como el compañero diabólico de una bruja. La inquisición ordenó la caza de todos aquellos que tuvieran gatos porque los consideraba brujos. ¡Centenares de gatos, y sus dueños, fueron condenados a muerte y quemados en la hoguera!
La vida de los gatos no mejoró demasiado hasta el siglo XVII, cuando se convirtieron en cazadores de ratas, especialmente a bordo de los navíos. Sin embargo, en la época victoriana, los gatos volvieron a ser aceptados como animales de compañía en los hogares, y a finales del siglo XIX se presentaron las primeras razas puras felinas en las exposiciones de gatos. En el año 1871 se organizó una gran exposición en el Crystal Palace sobre los British de pelo corto y sobre los gatos persas. En la misma época, en Nueva Inglaterra, la raza de gatos Maine Coon participó en la primera exposición de gatos en los Estados Unidos.

Hoy en día, la calidad de vida de un gato realmente ha mejorado y es mejor que nunca. Con su aura de sabiduría sobrenatural e independencia, los gatos tienen un excelente futuro por delante. 

Ser propietario de un gato



Ser propietario de un gato
Crees que un gato es el animal de compañía que más te conviene y además ya sabes qué tipo de gato prefieres. Pero ¿estás dispuesto a asumir las responsabilidades que tiene todo propietario responsable?

¿Estás preparado para comprometerte a cuidar de un animal de compañía durante los próximos 15 años? Ten en cuenta que los gatos viven, por lo general, muchos años y que muchos de ellos celebran su 20º aniversario.

·         ¿Puedes dedicar a tu gato, al menos dos sesiones de juego de 20 minutos todos los días? Este punto es especialmente importante para los gatos que pasan todo su tiempo en el interior, ya que estas sesiones son una fuente de ejercicios y estímulos para ellos.

·         ¿Tienes el tiempo suficiente para asearlo regularmente? La mayoría de gatos callejeros necesitan unos cuidados simples y rápidos, pero si optas por una raza de pelo largo, necesitarás dedicarle mucho más tiempo todos los días.

·         ¿Tienes un vecino o un amigo al que le gustan los gatos y que podría ocuparse de ellos si tú tienes que ausentarte? Los gatos tienen sus costumbres y están muy apegados al confort de su hogar, por lo que es posible que prefieran permanecer en su casa durante tus ausencias cortas.

·         ¿Tu familia se entusiasmará, al igual que tú, con el hecho de tener un gato en casa?

·         ¿Tú o alguien de tu familia es alérgico a los gatos? Si es así, no renuncies a tener un gato por esta causa. Algunas personas son alérgicas solamente a cierto tipo de pelo. El hecho de limpiar regularmente el pelaje con una esponja de aseo puede retirar la saliva y las exfoliaciones que causan las alergias en algunas personas. Además puedes poner los medios para que el gato no tenga acceso a la habitación de la persona alérgica. Si este tema te preocupa, lo mejor es hablarlo con tu médico.

·         ¿Tienes los medios económicos necesarios para mantener un gato? Su cama, los accesorios para afilarse las uñas, los juguetes, los comederos, el collar, etc. pueden ser relativamente costosos, sin olvidar los honorarios del veterinario que a veces provocan sustos inesperados. Sin embargo, estos costes se pueden reducir contratando un seguro para animales de compañía, y además estaremos más tranquilos.

·         ¿Si ya tienes otros animales, se entenderán con los gatos?

·         ¿Tu casa está ubicada cerca de una carretera con mucho tráfico? Cada año los accidentes de circulación, hieren o matan a una gran cantidad de gatos. Piénsalo bien, tendrás un problema de seguridad si tu gato tiene la tendencia de querer ir a pasear por el exterior.

·         ¿Estás dispuesto a aceptar que haya pelos en tu ropa, tus muebles y tus alfombras?